La organización “Como otro yo”, de la Residencia Universitaria Torrevista, en Río Piedras, el Club de estudio Yaurel, en Guaynabo, y el Centro El Zeybal, de Ponce, organizan conjuntamente este proyecto, que se lleva haciendo desde hace varios años.
Empezaron el 2 de enero en un supermercado de Arecibo, Hatillo Cash and Carry, donde recogieron comida para preparar canastas que regalarían a familias o personas que están pasando por dificultades económicas. Desde el 3 hasta el 5 de enero, se organizaron en grupos pequeños para llevar las canastas. Además de donar comida, las jóvenes sacaron tiempo para visitar varias égidas para darles una parranda navideña y repartieron almuerzos a deambulantes. Estas experiencias les dieron la oportunidad de escuchar las historias de las personas que están pasando por dificultades económicas o de soledad y aprender de ellas.
Alondra, de Ponce, cuenta lo siguiente: “Me tocó llevar comida a una mujer que pasó por cosas difíciles. Era vagabunda y es víctima del SIDA. Ahora, gracias a la ayuda de un amigo, superó esto y es feliz. Con su historia yo entendí mejor que las drogas son malas. Ella nos llevó a la playa a recoger cristales. Solía venderlos para poder comprar drogas. Al final nos lo regaló todo, para hacernos ver que ya no los necesita.(…) Me gusta la experiencia porque me ayuda a aprender más sobre los problemas que existen en Puerto Rico. Uno se da cuenta que la vida es más complicada de lo que parece. Definitivamente recomiendo a jóvenes de mi edad a que vayan a actividades como ésta para que entiendan que a la gente no se le puede juzgar."
Mariangelina, de Coamo, cuenta cómo aprendió a compartir y socializar más, porque, como dice ella, “normalmente estoy en el teléfono (…) que nadie me hable” y durante el proyecto aprendió a salir de ese hábito y hablar más con los demás. Por otro lado, Sofía, también de Coamo, dice que con este tipo de actividad, “uno se da cuenta que (…) a veces me quejo de las cosas que me faltan y entrar a estos lugares y ver lo que tienen me hace pensar que yo estoy mucho mejor que ellos y tal vez no he visto lo peor, tal vez haya personas que estén peor y ellos no estaban molestos, estaban felices, y hace reflexionar mucho”.
Muchas de las participantes han estado en este proyecto anteriormente, y todas han expresado su deseo de volver a hacerlo. De hecho, se están preparando dos proyectos similares para el verano del 2016, al igual que otros proyectos más pequeños que se llevarán a cabo durante el año, haciendo eco a lo que pide el Papa Francisco durante el Jubileo de la Misericordia.