Mi pelea con la tecnología

Hace un tiempo que le pido ayuda a D. José María Hernández Garnica con las pequeñas cosas de orden material que tengo que resolver. Para mí no son tan pequeñas porque no estoy capacitada para colocar un tornillo, poner en funcionamiento un electrodoméstico o colocar una puerta corredera que se ha salido de su engranaje... y vivo sola.

Sobre todo le encomiendo mi pelea con las nuevas tecnologías, a las que he llegado con una edad demasiado avanzada para aprender. En este campo me resuelve muchas situaciones y me ayuda a trabajar con mayor rendimiento.

Por ejemplo, se me bloqueó el ordenador, seguí los pasos que indicaba el programa y estuve en espera un día entero. Cuando ya había decidido avisar al técnico, recé la oración para la devoción privada a D. José María y le dije: “Si crees que hay otra solución, házmela ver”. Pues bien, llegó a mi casa una estudiante que me pedía un comentario para sus tareas; necesitaba que le hablara de mis años de trabajo en la enseñanza.

Yo no la conocía, me lo había pedido a través de otra persona. Vio el ordenador, le comenté que no sabía resolver el problema, tocó una tecla y quedó desbloqueado. Claro que era poca cosa, pero yo no tenía ni idea de ello. Y D. José María me proporcionó el aprendizaje.

Quiero añadir que el mayor favor es haber descubierto, repitiendo la oración para la devoción privada, que a través de ella se pide ayuda para "seguir a Jesucristo y tratarlo en mis ocupaciones cotidianas, para llevar la alegría de la vocación cristiana a otras muchas almas". Este sencillo descubrimiento me impulsa a encomendarle cada día que sepa hacerlo. Y ahí, estoy notando su ayuda. Sólo por esto me merece la pena darle las gracias, sin olvidar las muchas pequeñas cosas que me resuelve.